jueves, 18 de junio de 2015


Turbas: Reserva de agua y gran combustible biomasa.
Visual: Laboratorio natural
La extensa Patagonia es rica en humedales. En su interior, un tipo de vegetación llamada turba ha tomado protagonismo con el paso del tiempo. Se trata de materia vegetal en descomposición, se ha transformado en grandes reservas de agua y en un activo capturador del carbono de la atmósfera. En Finlandia es muy usada en la matriz energética, mientras que en Chile se acaba de declarar al Parque Karukinka como un área de interés científico para estudiar sus potencialidades. 

Hace algunas semanas el Ministerio de Minería declaró al Parque Nacional Karukinka, en Magallanes, como “zona de interés científico para efectos mineros”. ¿Qué significa esto en la práctica y por qué es este ministerio quien realiza una declaración de este tipo?
Para entenderlo es necesario hablar de las turberas, un tipo de humedal que con los siglos ha formado capas de materia vegetal en descomposición que, junto con retener enormes cantidades de agua y carbono, son un material muy utilizado como fertilizante y sustrato para el cultivo de vegetales, como aislante térmico, en la fabricación de pañales, en el tratamiento de aguas residuales y filtros, e incluso es muy usado por sus propiedades medicinales.
En el hemisferio norte, naciones como Finlandia también le encontraron un uso importante dentro de su matriz energética, donde es considerada como combustible de biomasa y con ella se abastece a centrales térmicas.

La explotación de estas se rige por el codigo de minería debido a que es un material que se encuentra bajo la superficie terrestre. En Chile este material se explota actualmente en Magallanes, con fines particularmente agrícolas, donde la demanda crece y crece.

Distintas instituciones están siendo atraídas a investigar las potencialidades de este elemento y su eventual explotación en armonía con el medioambiente.
La formación de las turberas inicialmente estuvo dada por la disminución de la actividad glaciar, que dejó numerosas áreas disponibles para la colonización de comunidades vegetales. En Magallanes existen más de 2 millones de hectáreas de turberas, y específicamente unas 90 mil en Tierra del Fuego, donde está el Parque Karukinka.
En la Región de Magallanes existen cinco zonas principales donde ya se extrae turba, aunque en cantidades menores, y se utiliza principalmente como sustrato y fertilizante para el cultivo de hortalizas.
Las turberas son verdaderos archivos ambientales prehistóricos, a través de los cuales se puede obtener información trascendental sobre el cambio climático del planeta.
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Fuente: http://www.quepasamineria.cl/index.php/galerias/item/4057-visual-laboratorio-natural

Darío González.

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