Sabemos
que mediante la actividad minera se obtienen productos esenciales para
la
población mundial y que además el cobre es uno de los más importantes por sus
múltiples
aplicaciones, especialmente la de conductor eléctrico. Parte
importante
de éste provenía desde tiempos remotos de procesos de lixiviación, de
la
cual se pensaba era un proceso netamente químico en conjunto con el agua y
oxígeno
de la atmósfera.
Ya
por el año 1940 se descubrió la existencia de bacterias que podían obtener la
energía
que necesitan gracias a la oxidación de sustancias inorgánicas, ante lo
cual
se les llamó organismos quimiolitotróficos (o "devoradores de
piedra"). El
hábitat
de esta bacteria es muy poco agradable para el común de los seres
vivos:
alta concentración de metales, ácido sulfúrico y en algunos sitios temperaturas
superiores a 50°C. Aparte de su importancia en las actividades de
metalurgia
extractiva, se les reconoce hoy participación en la formación de
depósitos
de sulfuros metálicos y minerales oxidados.
De
allí surge el término de biominería, que es el uso de microorganismos en
diferentes
aspectos de la explotación de los minerales, siendo el cobre el metal
que
se recupera en mayor medida por esta metodología, pero además se utiliza
para
extraer cobalto, níquel, cinc, entre otros.
Cómo
actúan éstas bacterias:
Las
bacterias mineras logran hacer solubles los minerales. Los microorganismos realizan
esta tarea como parte de sus procesos metabólicos y como mencionamos más
arriba simplemente alimentándose de
éstos. Durante
este proceso, las bacterias “comen” electrones que son practicamente extraídos
de los minerales, los cuales forman una especie de batería dentro de la bacteria,
creando una diferencia de potencial que genera energía, al igual que en
una pila. Esta energía es almacenada para luego ser utilizada en los distintos procesos
metabólicos. Además, estos microorganismos necesitan carbono que lo obtienen
del aire en forma de CO2 y no de los hidratos de carbono como podría pensarse. A
este tipo de microorganismos se los llama "bacterias oxidantes"
porque al obtener
los electrones oxidan ciertos minerales. La utilización de bacterias permite
explotar recursos minerales que son muy difíciles y costosos de lixiviar químicamente.
En cambio estos microorganismos son muy eficientes y económicos ya
que crecen naturalmente en estos medios. A
pesar de las condiciones tan extremas en que viven T. ferrooxidans y las otras bacterias
lixiviantes, pueden darse variadas circunstancias, naturales o producto
de la actividad humana, que proporcionen el hábitat de estos
microorganismos.
En
la explotación minera es una ventaja el que la biolixiviación no libere gases
tóxicos o corrosivos y requiera poca energía. En consecuencia el impacto
ambiental de la fuente energética es poco significativo y hay menos riesgos de
accidentes contaminantes.
En
un balance de lo que ha sido hasta ahora el desarrollo del proyecto de biolixiviación
en Chile habría que destacar que un objetivo primordial ya se ha cumplido,
el cual es la formación de una comunidad de investigadores de diferentes áreas
que están enfocando los diferentes problemas del proceso de biolixiviación.
Sus avances están avalados por publicaciones en revistas internacionales,
presentaciones de patentes y el reconocimiento de investigadores
extranjeros de gran prestigio en el área.
Es
necesario también señalar que las bacterias lixiviantes tienen una
promisoria aplicación en la metalurgia extractiva de otros minerales, de los cuales
Chile presenta una cantidad de reservas de mucha importancia para la
explotación futura.
https://www.codelcoeduca.cl/procesos_productivos/escolares_biolixiviacion.asp
https://www.codelco.com/prontus_codelco/site/artic/20110217/pags/20110217092512.html
http://porquebiotecnologia.com.ar/index.php?action=cuaderno&opt=5&tipo=1¬e=84
Fernando Otárola Gutiérrez.-
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